Adolescentes crean clase bíblica para enseñarle a una amiga
¿En qué momento se sentiría lista para comenzar a hablar de Jesús? Sí, este artículo está dirigido a las mujeres. Giovanna Santos, de 17 años, decidió, con sus amigas Maria Eduarda Brito, 18, y Rafaella Moura, 19, formar una clase bíblica. Con una Biblia Misionera en manos, las jóvenes de São Paulo, Brasil, le propusieron estudiar juntas a una amiga que hace poco comenzó a asistir a la iglesia.
Giovanna cuenta que la amiga en cuestión participaba de la clase de la Escuela Sabática de Juveniles, estaba siempre presente en otros programas de la iglesia, pero todavía no era adventista. Ellas se sintieron tocadas por Dios para iniciar los estudios. “Con ella, vinieron otras chicas”, comenta Maria Eduarda.
Sin embargo, las muchachas nunca habían dado estudios bíblicos. Por eso buscaron ayuda. Las tres jovencitas detallan que hacían muchas oraciones y se reunían antes de los encuentros para preparar la clase. También les pidieron ayuda a los padres, los líderes y otras personas con más experiencia.
La guía Jesús, Restaurador de la vida sirvió como base para hablar de los temas principales. A partir de eso, completaban el contenido de la clase bíblica con otras lecturas, por ejemplo, los libros de la escritora norteamericana Elena G. White.
“No teníamos nada de experiencia, pero nos basamos en el hecho de que, si el Espíritu Santo estaba dándonos la oportunidad, también nos capacitaría para que lo hiciéramos”, destaca Rafaella.
Ellas esperaban ayudar a otras personas con esa iniciativa, pero terminaron sorprendiéndose. Giovanna recuerda el relato de una de las alumnas, que agradeció por los estudios y les dijo que estaban siendo muy importantes para acercarla a Dios. Otra chica también la buscó para pedir los estudios.
Para Maria Eduarda, ella misma fue la principal beneficiada por la clase bíblica. “Pude recordar cuestiones básicas sobre Jesús y sobre un cristianismo puro y simple. Los estudios también me ayudaron a reafirmar mi compromiso con Dios”, confiesa.
El primer grupo de estudiantes ya ha terminado los estudios, y ahora las tres planifican un evento para invitar a otras chicas a estudiar la Biblia. Cuando se les preguntó si ellas se consideran evangelistas, la respuesta fue unánime: “¡Sí!”.
Mujeres en misión
Los datos estadísticos proporcionados por la sede sudamericana de la Iglesia Adventista señalan que el 56,8% de los miembros de la denominación en el territorio son mujeres. Eso corresponde a casi 1.5 millones de personas. Una encuesta realizada por la Asociación Ministerial en esa misma región señala que también son mayoría en el liderazgo de los departamentos.
“Nuestro gran desafío es atraer a mujeres más jóvenes que se identifiquen con el Ministerio de la Mujer”, comenta Jeanete Lima, líder del Ministerio de la Mujer en Sudamérica. Una de las iniciativas para hablar con este público es la presencia en las redes sociales. Con los perfiles recientemente inaugurados, todo el contenido está siendo desarrollado para llegar a ellas. “Queremos escucharlas, queremos hacer el Ministerio de la Mujer también para ellas”, afirma la líder.
En los últimos años, se han votado documentos que permiten la ordenación de las mujeres al ancianato, lo que aumenta aún más el protagonismo de estas en el día a día de la iglesia. Los proyectos como Miércoles de Poder y la Semana de Evangelismo del Ministerio de la Mujer quieren darles más espacio también en el púlpito, promoviendo oportunidades para que esas mujeres ejerzan la actividad de la predicación propiamente dicha, según lo explica Jeanete.
El año pasado, hubo 12.773 puntos de predicación durante la Semana de Evangelismo del Ministerio de la Mujer. Eso significa que hubo casi 20 mil mujeres directamente involucradas en la actividad de predicar. La expectativa es que ese número sea aún mayor en junio de este año, cuando se desarrolle una nueva edición del proyecto.