La Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA) continúa entregando ayuda humanitaria a las personas de Ucrania un año después de iniciado el conflicto armado que desplazó a millones de civiles de la nación del este europeo.
Desde el comienzo de los ataques, el 24 de febrero de 2022, ADRA lanzó una respuesta mundial para ayudar a miles de familias y personas que huyeron de sus casas para escapar de los bombardeos y que buscaron refugio en países vecinos.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), más de ocho millones de personas fueron forzadas a huir de Ucrania el año pasado, y otros 18 millones necesitan ayuda humanitaria dentro del país.
“Oramos por los que fueron separados de las personas que aman y de las vidas que conocen”, explica el presidente de ADRA, Michael Kruger. “Oramos por los que buscaron seguridad en refugios antibombas y a través de las fronteras extranjeras. Oramos por los que perdieron sus casas y su sentimiento de seguridad. Oramos por los que hieren y por los que sirven. Oramos por la paz”.
"Aún mientras oramos por el fin de ese conflicto, ADRA reafirma su compromiso con las personas afectadas por él”, continuó Kruger. “Nuestro equipo dedicado en Ucrania y en toda Europa ha provisto apoyo urgente desde los primeros días de esta crisis, y estamos agradecidos por los colaboradores, donantes y apoyadores que ayudaron y permitieron continuar sirviendo”.
Asistencia humanitaria y voluntarios
ADRA ofreció casi 40 millones de dólares en asistencia humanitaria el año pasado para apoyar las operaciones de respuesta a la emergencia e iniciativas de desarrollo en comunidades impactadas por la crisis en curso. La agencia también accionó más de 5 mil voluntarios de la Iglesia Adventista, movilizó decenas de equipos de respuesta a emergencia, y envió varios equipos de transporte para evacuar y transportar más de 60 mil personas de la región devastada por la guerra, además de entregar alimentos y suministros esenciales.
“ADRA estaba allá antes de la crisis y estará también después de la crisis”, afirma Mario Oliveira, director de gestión de respuestas a emergencias de ADRA Internacional. “Fue una operación de alivio extremadamente compleja. Nadie esperaba estar en esa situación un año después, pero nuestra respuesta humanitaria fue posible debido a la enorme disposición de ayudar de todos en nuestra red mundial de ADRA, nuestra comunidad y apoyadores de la Iglesia, y los miles de voluntarios que se presentaron”.
“A diferencia de otros desastres, como terremotos y huracanes, esta emergencia todavía está ocurriendo y cambiando diariamente. Como resultado, adaptamos nuestra respuesta a las necesidades de Ucrania y de países fronterizos, donde ADRA ha ayudado a los refugiados desde el inicio del conflicto”, competa Oliveira.
Apoyo constante
La organización humanitaria mundial continúa liderando los esfuerzos de ayuda a hombres, mujeres y niños, ancianos y personas con discapacidades, desplazados dentro y fuera de Ucrania, con alimento, agua, suministros esenciales, asistencia con dinero para diferentes finalidades, y cupones para necesidades inmediatas; refugio y reconstrucción de alojamientos básicos; y evacuación y transporte humanitario. La agencia también está proveyendo camiones tanque con agua y kits de higiene; proyectos de invierno que pueden proveer calefacción y energía, así como también generadores para las comunidades desplazadas; y apoyo psicosocial y salud mental para adultos y niños.
También hay un esfuerzo de ADRA para ofrecer campamentos infantiles, programas de arteterapia e iniciativas educativas; protección a mujeres y niños en zonas de conflicto; control médico para refugiados y personas desplazadas internamente; equipos médicos, medicamentos y suministros para hospitales y clínicas; asistencia para alquiler, así como asesoría jurídica.
Finalmente, la agencia también está ofreciendo clases de idiomas para ayudar a los refugiados a integrarse en nuevas comunidades y centros que ayuden a encontrar trabajo en nuevos mercados.
Las asociaciones y la colaboración con varios socios están en curso con la Iglesia Adventista, la Organización de las Naciones Unidas, agencias gubernamentales y organizaciones religiosas.
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