En una decisión unánime dada a conocer el jueves 29 de junio, la Corte Suprema de los Estados Unidos ha descartado precedentes de décadas al fortalecer las protecciones legales de los trabajadores cuyas creencias religiosas están en conflicto con sus obligaciones laborales. Se espera que el fallo en Groff vs. DeJoy tenga un impacto significativo en las oportunidades laborales de los estadounidenses de diversas religiones, que ha menudo han enfrentado desafíos para guardar sus días de reposo. El fallo de la Corte moldeará la manera que tienen las empresas de hacer arreglos por motivos religiosos, según el Título VII de la Ley de Derechos Civiles de 1964.
El caso se centró en Gerald Groff, un cristiano devoto cuya fe lo lleva a guardar el domingo como día de reposo. Groff trabajaba para el Servicio Postal de los Estados Unidos (USPS) pero enfrentó dificultades para que su empleador le diera los domingos libres. Aunque al comienzo le daban los domingos libres, los pedidos repetidos de Groff para tener una libertad continua y no trabajar en su día de descanso y adoración fueron en último término negados cuando el USPS firmó contratos con Amazon, la masiva compañía de distribución de productos, para entregar paquetes los domingos.
A pesar de los repetidos pedidos de Groff de ser exceptuado de trabajar los domingos, el USPS negó sus pedidos, citando el precedente de Trans World Airlines, Inc. vs. Hardison (1977) que solo requería que los empleadores sufrieran dificultades mínimas. Este bajo umbral, al que se denomina “estándar mínimo”, se usó a menudo para justificar la negativa de arreglos por motivo religioso.
La opinión de la Corte, escrita por el Juez Samuel Alito, se refirió específicamente al estándar de minimus e insistió en una lectura mucho más sustancial de “dificultades indebidas”. Alito escribió: “Creemos que es suficiente decir que un empleador es el responsable de demostrar que los arreglos resultarían en mayores y sustanciales costos en relación con la conducta de su empresa particular”.
El equipo legal que representó a Groff incluyó el abogado adventista Alan Reinach, quien es director de Asuntos Públicos y Libertad Religiosa de la Unión Asociación del Pacífico de los Adventistas del Séptimo Día. Durante el proceso de apelación, First Liberty, un grupo de defensa de la libertad religiosa, se sumó al equipo de litigación y reclutó al abogado de apelaciones Aaron Streett del bufete de abogados Baker Botts, LLP. El caso fue presentado ante la corte el 18 de abril de 2023.
Al hablar por la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día y su División Norteamericana, Todd McFarland, subasesor legal general, quien también escribió el amicus curiae presentado por la iglesia, dijo: “Nos agrada mucho que esta mañana la Corte Suprema dio un paso importante para proteger a las personas de fe en el lugar de trabajo. Nadie debería tener que escoger entre su trabajo y su fe. La decisión de hoy reafirma que los empleadores no pueden usar la creencia religiosa de un empleado como una excusa para despedirlo”.
Un grupo diverso de organizaciones de índole religiosa y de libertad religiosa presentaron amicus curiae ante la Corte Suprema en apoyo de Groff, lo que incluyó a la Asociación General de la Iglesia Adventista, el American Center for Law And Justice, la Coalición Sikh, la Unión de Congregaciones Judías Ortodoxas de los Estados Unidos, el Consejo de Relaciones entre Estados Unidos y los Musulmanes, la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, la Coalición Hindú-Estadounidense, el Fondo Becket de Libertad Religiosa, y la Comisión Bautista Conjunta.
Las organizaciones que se opusieron a la petición de Groff ante la Corte incluyeron la AFL-CIO, la Unión de Trabajadores Postales de los Estados Unidos, la Fundación Libertad de la Religión, y el Centro de Investigaciones de los Ateos Estadounidenses.
“Sobre la base del caso de 1977, los empleadores solo tenían que sufrir un perjuicio mínimo para justificar la negativa de los arreglos por motivos religiosos de un empleado”, dijo Reinach. “Ese estándar neutralizaba la ley y llevó al despido de sus empleos a literalmente miles de estadounidenses de todas las religiones. Los adventistas del séptimo día se vieron afectados de manera especial porque a los trabajadores por hora suele asignárseles turnos que incluyen las horas del sábado”.
El fallo de la Corte Suprema en Groff vs. DeJoy no solo reconoció la carga injusta colocada en los trabajadores con conflictos religiosos sino que destacó la necesidad de un enfoque más robusto de los arreglos por motivos religiosos.
Se espera que el fallo tenga implicaciones de largo alcance para los trabajadores de todo el país. Al elevar el estándar de justificación para los empleadores que niegan arreglos por motivos religiosos, la decisión de la Corte brinda una mayor protección para los empleadores que tienen creencias religiosas sinceras. Envía un claro mensaje de que los empleadores tienen que hacer esfuerzos razonables de acomodar las prácticas religiosas de sus empleados, aun si esto requiere algún tipo de perjuicio.
La decisión en Groff vs. DeJoy es vista como una victoria significativa para los defensores de la libertad religiosa, que por mucho tiempo han solicitado protecciones legales más sólidas. Marca un cambio hacia un enfoque más equitativo que reconoce la importancia de hacer arreglos para las prácticas religiosas más diversas de los trabajadores estadounidenses. Como resultado de este fallo, los empleados que enfrentan conflictos entre los requerimientos de su trabajo y sus creencias religiosas pueden esperar oportunidades mayores de obtener arreglos razonables de parte de sus empleadores.
El abogado Mitch Tyner, asesor legal asociado ya jubilado de la Iglesia Adventista y también enlace ante el Congreso, se mostró complacido pero cauto por la decisión de la Corte. “En primer lugar, felicitaciones a Todd McFarland y al equipo que finalmente lograron que la corte arreglara algo que estaba mal desde hace cincuenta años”, dijo Tyner. “Pasé más de cuarenta años trabajando para ese fin, y logramos completar la tarea. Más allá de eso, este fallo deja mucho espacio para que las cortes de primera instancia decidan que constituye un incremento del costo sustancial en cada caso. La Corte ha cambiado la receta para que sea usada para llegar a la decisión correcta. Pero recuerden que la prueba última se verá no en la receta sino en los resultados”. Ahora que el fallo ha establecido un nuevo precedente de arreglos por motivos religiosos, resta ver con cuánta rapidez se adaptarán los empleadores a sus reglamentos y prácticas. Se anticipa que habrá nuevos juicios para aclarar este nuevo umbral establecido por la Corte Suprema. Está claro, sin embargo, que esta decisión marca un hito significativo para proteger los derechos de los trabajadores con conflictos religiosos.