Las mujeres comenzaron a llegar a las 8:30. Algunas habían viajado hasta siete horas en autobús por los caminos serpenteantes de las tierras altas del oeste de Guatemala, para tan solo estar allí. Impávidas, y con sonrisas radiantes y hermosas vestimentas tradicionales (polleras largas y blusas coloridas y bordadas) ocuparon sus lugares en el auditorio adventista en Quetzaltenango.
Por primera vez desde el comienzo de la pandemia del COVID-19, más de 1500 mujeres de la etnia chapín¹ se congregaron para disfrutar del congreso anual de Ministerios de la Mujer.
El acontecimiento, que duró todo el 25 de junio, fue organizado por Sara de Calderón, directora de Ministerios de la Mujer de la Asociación Occidental de Guatemala de la Iglesia Adventista.
“El más grande capital de la Asociación Occidental de Guatemala es humano”, dijo Calderón. “Tenemos muchas mujeres humildes y trabajadoras que están plenamente comprometidas en el servicio a Dios. Ellas nos inspiran a organizar eventos como este”. El lema del congreso, “Rescatadas y sin cadenas”, fue escogido para “brindar herramientas emocionales a las mujeres para que se conecten con Dios y entre ellas de manera más profunda y significativa”, añadió, para entonces ayudarlas a “liberarse de los temores y los remordimientos”.
Participantes del reciente congreso visten sus uniformes de Ministerios de la Mujer, en Quetzaltenango, Guatemala. [Fotografía: cortesía de Vanesa Pizzuto]
Calderón y su equipo planificaron el evento con meses de anticipación, considerando cada detalle, desde las bolsas de bienvenida con artículos especiales a la música inspiradora y la decoración con temática de mariposas (que incluyó una caja de mariposas vivas). El resultado fue una celebración emocionante y tierna de fe, libertad y hermandad en Cristo.
La oradora invitada fue Vanesa Pizzuto, directora asociada de comunicación de la División Transeuropea de la Iglesia Adventista con sede en St. Albans, Inglaterra. Como autora del libro devocional para mujeres 2022 Sin temores ni cadenas, Pizzuto no era extraña para las mujeres que asistieron al congreso. Pero la conexión se hizo más marcada cuando saludó a las mujeres en quiché y mam, dos de las lenguas mayas de Guatemala.
“Saqarik achalal!” (“¡Buenos días, hermanas!”) dijo Pizzuto antes de dedicarse a un diálogo honesto y vulnerable sobre cómo vencer el perfeccionismo y aprender a estar en sintonía con la voz de Dios.
“A veces, nos hablamos a nosotras mismas de maneras en que jamás le hablaríamos a una amiga, y esperamos que Dios nos trate también de la misma manera brusca”, dijo Pizzuto a las asistentes. “Pero sospecho que Dios es de Guatemala, porque él es demasiado bondadoso como para hacer eso”.2 En sus presentaciones, Pizzuto inspiró a los asistentes para que se liberen del crítico interior por medio de la gracia y la bondad de Dios, y para que adopten su identidad como hijas amadas.
Sara de Calderón (izquierda) y Vanesa Pizzuto, con una mariposa monarca. [Fotografía: cortesía de Vanesa Pizzuto]
Las mariposas fueron el símbolo del congreso porque, dijo Calderón, “representan nuestra vida con Cristo, y la libertad y la transformación que podemos hallar en él”. Para ilustrar adicionalmente ese punto, Coty de Calderón liberó decenas de mariposas al fin del programa. Mientras las mariposas se alejaban o se posaban en algunas de las mujeres, “nos mostraron que esto no es permanente. Esta lucha, esta prueba no durará para siempre. Ya vendrán la transformación y la libertad”, dijo Coty de Calderón.
“Mi corazón no me entra en el pecho como resultado de todo el amor que recibí en Guatemala, y mis maletas rebosan de todos los presentes”, dijo Pizzuto al reflexionar en el evento. “Estoy llevándome mucho más de lo que he dado. Estoy muy agradecida a Sara y al pastor Irving Calderón por organizar el congreso, y a cada mujer que asistió. ¡No veo las horas de regresar a Guatemala!”
“Nos sentimos inspirados por el entusiasmo y la fe de estas valerosas mujeres”, comentó Sara de Calderón. “La Asociación Occidental de Guatemala es un territorio multicultural en el corazón del mundo maya. Las mujeres llegaron al congreso desde Huehuetenango, San Marcos y Quetzaltenango. Es inspirador ver que en el corazón de la cultura maya/quiché, las mujeres también se están preparando para encontrarse con el Señor”.
La versión original de esta noticia fue publicada en el sitio de noticias de la División Transeuropea.
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1. Los habitantes de Guatemala a menudo se llaman a sí mismos chapines en lugar de guatemaltecos.
2. Los guatemaltecos son conocidos por su bondad y generosidad.