La Iglesia Adventista señala desafíos y oportunidades de su misión mundial
"No podemos deponer nuestra preocupación por las regiones lejanas antes de que toda la tierra esté iluminada por la gloria del Señor" (El evangelismo, p. 513).
Erton Köhler, secretario ejecutivo de la Asociación General (AG), sede mundial de la Iglesia Adventista, comenzó el informe de la Secretaría en el Concilio Anual con este recordatorio del propósito de los miembros como cristianos y como pueblo de Dios en el tiempo del fin. El pastor contó, en el encuentro que tuvo lugar del 6 al 12 de octubre en Estados Unidos, una breve historia del progreso de la Gran Comisión y señaló que “el cristianismo fue creado para alcanzar al mundo entero”.
Los adventistas del séptimo día deben proclamar “el evangelio del Reino a todo el mundo” (Mateo 24:14). Aunque las raíces de la Iglesia estén en Norteamérica, se ha convertido en un movimiento global. Hoy, solo el 6% de los miembros están en esa región, mientras que el 94% restante se encuentra esparcido por el mundo.
Nuevos miembros
David Trim, director de Archivos, Estadísticas e Investigación (ASTR) de la AG, compartió los números y los últimos 15 años de datos. Antes de la pandemia de COVID-19, los ingresos de miembros excedían regularmente al millón por año. Sin embargo, en 2020, los ingresos globales cayeron a 800 mil, el menor valor desde 1997.
Sin embargo, la Iglesia se recuperó cuando en 2021, una vez más, vio crecer el millón de ingresos. No solo eso, sino que tanto el evangelismo como la plantación de iglesias tuvieron aumentos.
En 2020, se plantaron 1.736 nuevas congregaciones, lo que Trim denominó como "un milagro en medio de una pandemia”. Sin embargo, hubo una caída del 29% en relación con los números pre-covid. En 2021, ese número vio una recuperación en cuanto al 2019 e incluyó la fundación de 413 nuevos grupos organizados. En general, el número de grupos organizados e iglesias experimentó un crecimiento constante.
Fidelidad y apoyo a la misión
Por el contrario, esa misma tendencia ascendente no se extiende a todas las áreas de la administración. Aunque los diezmos se hayan recuperado y hasta hayan superado los números prepandemia, lo que muestra la fidelidad de los miembros, no sucedió lo mismo con las ofrendas. Estas disminuyeron, lo que indicó el declive en la disposición de los miembros para donar a programas de la Iglesia, incluso a los de naturaleza misionera.
Trim destacó que, al comparar el equilibrio entre los diezmos y ofrendas a lo largo del último siglo, se puede ver que en 1922 los miembros dieron, en ofrendas, exactamente lo mismo que en diezmos. Gradualmente, a lo largo de los últimos 100 años, eso cambió. Hoy, las ofrendas son poco más del tercio de lo que se recibe en diezmos. Sin dudas, esa tendencia de caída en las ofrendas indica la importancia de que la Iglesia haga un énfasis mayor en el discipulado, lo que incluye la mayordomía.
Abandono de la fe
Otra área que ha visto una tendencia negativa continua es la pérdida de miembros. Desde 1965, aproximadamente el 42%, o 4 de cada 10 miembros dejaron la denominación. Normalmente se van por crisis en sus vidas, conflictos en su iglesia local o porque sienten que sus pastores o hermanos no los aprecian o no los consideran importantes. Con base en las encuestas conducidas por ASTR, la mayoría de estos miembros dejó la iglesia sin tomar una decisión consciente de hacerlo.
¿Y qué se puede hacer para que los miembros permanezcan? Según lo expresa Gerson Santos, secretario asociado de la Asociación General, la respuesta está en el llamado de Jesús para que su Iglesia cumpla la gran comisión y haga “discípulos” (Mateo 28:19).
Con eso en mente, Santos resaltó que “las iglesias locales deben tener como objetivo crear un ambiente acogedor y atento para el crecimiento espiritual en el cual jóvenes, adultos y visitas se sientan amados y apoyados”. La Secretaría ha trabajado en asociación con otros departamentos para desarrollar estrategias y recursos para ayudar a las iglesias a asimilar, capacitar y discipular a sus miembros.
Una de esas iniciativas son las cúpulas globales de Nutrición y Redención, que se concentran en discipular, nutrir y recuperar miembros. Santos animó a los líderes de la Iglesia a ser intencionales. Él lo resume de esta manera: “Nuestro objetivo principal no es presumir el porcentaje de miembros presentes, sino alcanzar a los no salvos en nuestra comunidad y cuidar a los recién llegados a nuestra comunidad”.
Desafíos mundiales
El informe de la Secretaría en el Concilio Anual de 2022 cambió la mirada de los de adentro de la iglesia a los que aún no han sido alcanzados. Una vez más, los delegados enfrentan las estadísticas de que la mayor parte del mundo, aquellos que viven en la ventana 10/40, permanecen sin conocer a Cristo.
Gary Krause, secretario asociado de la Asociación General, destacó las estadísticas y megatendencias que el mundo enfrenta y que desafían la misión de la Iglesia Adventista. Estas son:
- Una población mundial en crecimiento. Para 2050, la mayor parte del crecimiento poblacional tendrá lugar solo en ocho países, y cinco de ellos están en la ventana 10/40.
- Una población en crecimiento. Para 2050, la población de personas de más de 65 años será casi el doble que la de niños menores de 5 años.
- Migración internacional. En 2020, había 281 millones de migrantes internacionales. Aproximadamente 21 millones de ellos eran refugiados.
- Urbanización. Para 2050, se prevé que dos tercios de la población mundial vivirán en ciudades.
David Trim aprovechó el momento para destacar la tendencia histórica de las misiones. Explicó que los “años dorados” del programa misionero extranjero de la Iglesia Adventista fue en el cuarto de siglo posterior a la Segunda Guerra Mundial (de 1946 a 1970), cuando se enviaron 7.385 misioneros a otros países para alcanzar personas. De 1969 a 1970, se enviaron 970 misioneros al servicio, el mayor número de todos los períodos bianuales en la historia de la Iglesia.
Trim animó a los líderes de la Iglesia diciendo que este aumento en la misión adventista durante aquel periodo resultó de un esfuerzo conjunto de administradores de la iglesia, educadores, líderes médicos y miembros de la Iglesia en Norteamérica, Europa, África Austral y Australasia (territorio que engloba a Australia, Nueva Zelanda, Nueva Guinea y las islas de la parte oriental de Indonesia).
Ajustar la mirada en la misión
Delante de estos tiempos y desafíos, el pastor Köhler les preguntó a los participantes: “¿Cómo 22 millones de adventistas del séptimo día pueden alcanzar a casi 8 mil millones de habitantes de este mundo?”
Erton Köhler compartió una propuesta elaborada por el doctor Gorden Doss, profesor emérito del Departamento de Misiología del Seminario Adventista del Séptimo Día en la Universidad Andrews, para ayudar a los miembros y líderes de la Iglesia a "visualizar, fijar la mirada y reorientar nuestra misión internacional en el siglo XXI".
Este modelo considera los desarrollos que tuvieron lugar en los últimos 30-40 años en el hemisferio Norte y en el Sur. Es un modelo que anima a las Divisiones (sedes administrativas de la Iglesia Adventista para un grupo de países) en el Sur que han hecho avances consistentes en la misión evangélica, a trabajar cooperativamente con las divisiones del Norte, que experimentaron el efecto opuesto.
Köhler incentivó a los líderes a concentrarse en las más altas prioridades misioneras de la Iglesia: los grupos de personas y territorios menos evangelizados, y mover recursos y proyectos misioneros, incluyendo a miembros, congregaciones, recursos financieros y estructuras físicas.
En varios departamentos de la AG, se han creado presupuestos para ayudar, capacitar y enviar misioneros, incluyendo a jóvenes, a las misiones extranjeras. El Instituto de Misiones existe para brindar apoyo transcultural a medida que los misioneros enfrentan nuevas realidades y desafíos. Podcasts, así como las oportunidades de capacitación presencial, ayudan a esos nuevos misioneros al mismo tiempo que apoyan otras entidades adventistas del séptimo día en todo el mundo.
VividFaith y el Servicio Voluntario Adventista continúan anunciando y reclutando personas para oportunidades misioneras. Se notó que, en este momento, hay más voluntarios que oportunidades para los interesados en servir.
Los líderes de la sede mundial adventista fueron incentivados a hacer colaboraciones para crear más oportunidades misioneras. Ellos fueron instados a comprometerse con la misión de evangelismo global y a reorientar las áreas de necesidad, no solo en sus divisiones, sino en todo el mundo.
Llamado
Según lo expresado en el Concilio Anual de 1964 por Walter Beach, que sirvió como secretario de la Asociación General de 1954 a 1970, "somos una iglesia misionera mundial, no solo una iglesia con misiones en todo el mundo".
Köhler les recordó a los participantes que, a medida que la denominación avanza, es necesario tener en mente que “la Iglesia Adventista del Séptimo Día no fue llamada para ser estacionamiento, sino una plataforma de lanzamiento para misioneros. Necesitamos avanzar con fe".
La versión original de esta noticia fue publicada por Adventist News Network.