Recientemente, OpenAI, la compañía detrás de ChatGPT (un popular sistema de inteligencia artificial generativa), anunció inversiones en lo que llamaron riesgos catastróficos. La idea es crear medios para evitar que los sistemas de Inteligencia Artificial (IA) no logren engañar a los humanos, generen contenido de odio y creen códigos maliciosos. Además, otra preocupación son las posibilidades que surgen de las amenazas en las esferas química, biológica, radiológica y nuclear.1
Los expertos proyectan que se espera que el mercado de la IA generativa alcance los 1,3 billones de dólares en 2032.2 En 2022, el mercado se valoró en 40.000 millones de dólares. La IA generativa se refiere al uso de la Inteligencia Artificial para crear contenidos como texto, imágenes, música, audio y vídeos. En los últimos tres años, estos sistemas se han vuelto más populares.
Preocupación adventista
La preocupación por los efectos y consecuencias de todo este avance tecnológico también alcanza a las organizaciones religiosas. La Iglesia Adventista del Séptimo Día es una de ellas. Y es consciente de su responsabilidad a nivel global y, a nivel sudamericano, de atender a más de 2 millones y medio de miembros y a una red de escuelas, colegios, universidades, clínicas, hospitales y proyectos sociales y asistenciales.
Por esta razón, el documento Principios éticos para el uso de la inteligencia artificial por parte de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en la División Sudamericana fue votado el domingo 5 de noviembre durante el Concilio Anual de líderes Adventistas. El material fue preparado por un comité de expertos en las áreas de comunicación, tecnología y compliance, área encargada del compromiso de las organizaciones con la integridad de las decisiones tomadas. El documento afirma que "propone establecer principios éticos fundamentales, que representan la visión de la Iglesia Adventista del Séptimo Día sobre el tema de la inteligencia artificial".
Temas abordados en el documento
En la elaboración de las directrices adventistas para el uso de la IA se tuvieron en cuenta varios aspectos: transparencia, equidad, confiabilidad, responsabilidad, seguridad y privacidad, y sustentabilidad. Evidentemente, la organización ha asumido que actuará éticamente. Y, como atestigua el propio documento, "se compromete a ser transparente en cuanto al uso de la inteligencia artificial en sus actividades. Esto incluye proporcionar información clara y accesible a los miembros de la comunidad adventista y a la sociedad en su conjunto, sobre las áreas en las que se aplica la IA, los objetivos previstos y los posibles impactos en el contexto religioso".
El documento aprobado por los delegados del Concilio Anual de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Sudamérica concluye con dos observaciones importantes. La primera de ellas es el interés de la organización en continuar investigando nuevas tecnologías con el fin de ayudar a través de los métodos para predicar el evangelio a más personas.
El otro punto es reafirmar el rol estratégico del ser humano como agente soberano en las decisiones finales, en un proceso de trabajo colaborativo con recursos de IA. El pastor Jorge Rampogna, director del departamento de Comunicación de la Iglesia Adventista del Séptimo Día para ocho países de Sudamérica, señaló que pocas iglesias todavía están pensando en el tema, pero el tema de las implicaciones éticas del uso de la IA es importante. "Tenemos que asegurarnos de que el sistema de IA se utilice de acuerdo con los principios de la Biblia", dijo.
Referencias: