La importancia del culto familiar
Ante el ajetreo de las actividades diarias, es fácil que la familia se vuelva vulnerable cuando la prioridad no es buscar a Dios. No disfrutan de tiempo de calidad para buscar juntos la sabiduría y las bendiciones de Dios en las primeras horas del día. Hoy en día, somos "bombardeados" por las tecnologías, que son competidores desleales de la atención que afectan y, muchas veces, perjudican a la familia.
Son muchos los retos a los que se enfrentan las familias en el siglo XXI. Por ejemplo, no todos los miembros suelen tener tiempo para comer al menos una vez juntos; los horarios para salir y llegar a casa son variados; los niños estudian en diferentes momentos; falta tiempo para el culto familiar o, muchas veces, ni siquiera se sabe cómo hacerlo. Todo esto contribuye a que los miembros de la familia se distancien entre ellos, se distancien de Dios y del propósito establecido de unión.
El culto familiar ha sido un desafío para muchas familias en la iglesia y, al faltar en los hogares, aparecen obstáculos que impiden o dificultan la comunicación entre los cónyuges y entre padres e hijos, lo que contribuye a la falta de diálogo y de intercambios de intereses mutuos, provocando así un deterioro en el desarrollo espiritual, lo que se lograría tanto en los momentos de culto familiar como en los de comunión personal. Según la escritora Elena G. de White: "[...] Si hubo un tiempo en el que cada casa debiera ser una casa de oración, es ahora".1
Vale la pena mencionar que mucho antes de la modernización, es necesario que cada familia que se prepara para vivir junto a Jesús lo busque con más intensidad y fervor. Debemos tener en cuenta que estamos tratando con temas de valor eterno, es decir, preparándonos aquí, junto con la familia, para vivir en otro hogar: el que Jesús está preparando para cada uno de nosotros.
Actividades prácticas
Se necesita un cambio en nuestra forma y estilo de vida para que Dios tenga prioridad, y esto debe hacerse en el culto familiar y personal. Para ello, debemos programar una rutina sistemática de cultos en la que se ajuste el mejor horario para que todos los miembros de la familia participen, fortaleciendo así los vínculos a través del diálogo y la convivencia.
Motive a su familia a realizar el culto familiar. Si tiene hijos, haga planes para crear desafíos que se logren cada día con un bono especial preparado por el responsable en reunir a la familia. Esta actividad despertará el interés por hacer los desafíos y lograr la meta propuesta, que es unir a la familia por un momento con Dios. Como sugerencia, puede realizar los siguientes desafíos:
- Estudiar la Biblia + la lección de la Escuela Sabática;
- Biblia + lección + participación en el culto familiar;
- Comenzar un estudio bíblico;
- Memorización de versículos bíblicos;
Enseñe a sus hijos cómo realizar un culto familiar. No importa la edad, deje que se involucren en este momento especial. Desempeñar un papel de liderazgo en la vida espiritual es muy importante. La mayor responsabilidad de la familia es formar a las personas para que sean fieles en la Tierra y habitantes del Cielo. Hay una urgencia de estar conectados con Dios.
Para hacer que el culto familiar sea creativo, utilice recursos como canciones, historias, lectura de la meditación para niños y/o adolescentes y la Lección de Escuela Sabática. Si no sabe cómo desarrollar un culto familiar o incluso su devoción personal, aquí tiene algunas sugerencias:
- Cantar un himno mientras hace mímicas (puede ser de un CD o los que están disponibles en YouTube);
- Jugar a "Estoy pensando en un versículo de la Biblia o en un personaje de la Biblia que comienza con la letra..." y dejar que los participantes lo completen. La idea es crear medios para fomentar la participación de todos;
- Cuente brevemente la historia de la lección del niño. Si tiene más de un hijo en diferentes grupos de edad, use las lecciones de cada niño.
- Dramatización de la historia;
- Leer la meditación;
- Orar;
Es posible que desee agregar otras ideas para hacer que el culto de su familia sea más atractivo. Lo que no puede hacer es dejar de hacerlo. Así que diga hoy: " Haremos el culto familiar".
Referencias
WHITE, E. G. Consejos para la iglesia. p. 270. Disponible en: https://m.egwwritings.org/pt/translate/1723.1057/1698#t1396