Irina junto a su hija Celeste participaban de las actividades de la Iglesia Adventista en la ciudad de Picota, ubicada en la selva peruana. Sin embargo, su esposo estaba en desacuerdo, no las dejaba asistir a la iglesia y hacia lo imposible para que se alejen de la fe.
Al paso del tiempo su hija menor, Violeta, da a luz a su bebé. Entonces la situación de su familia se complicó, se desataron los problemas y su esposo decidió irse de la casa, dejándola sola con sus tres hijos. Tras esa dificultad en su vida, Irina se alejó de la iglesia, pero siempre mantenía su fe en Dios.
Ella se dedicó a trabajar para mantener a su familia y a sus hijos. Sin embargo, durante esos años, Dios siempre la protegió y cuidó de ellos. Pero no pensó que una invitación a su hija menor para asistir a un evento de jóvenes adventistas, sería el gran reencuentro con su casa, su iglesia y Dios.
Violeta se bautizó en el congreso de jóvenes "It´s coming" desarrollado en la Universidad Peruana Unión, ubicada en la ciudad de Lima, el sábado 18 de febrero. A través de esta decisión de la hija menor, Irina y Celeste aceptaron volver a la iglesia después de 16 años.
"Dios desde un principio nunca nos dejó solos. Él siempre estuvo al mando de nuestras vidas. Mi hermanita se bautizó, mi novio enseñará en la UPeU Tarapoto y veo a Dios en mi vida por el éxito que me ha brindado, pareciera que Dios está haciendo que cuadre todo para que volvamos a la iglesia" comenta Celeste, quien junto a su madre tomaron la decisión de reencontrarse con Cristo, el pasado sábado 04 marzo, en el marco de la semana evangelismo "Reencuentro".
