Misión dirigida a aislada isla de Nicaragua transforma muchas vidas

Isla Grande del Maíz, Nicaragua, conocida también como Corn Island, está habitada por aproximadamente 7,500 personas. Los habitantes de Isla del Maíz, mayormente aislados, son bondadosos y hospitalarios. Y necesitan conocer el mensaje del evangelio. Por esta razón, 26 personas, incluyendo 15 jóvenes procedentes en su mayor parte de la Academia Highland, en  Tennessee, Estados Unidos, visitaron esta pequeña isla situada en el Caribe.

El equipo misionero de It Is Written pasó casi dos semanas en el mes de febrero, ministrando en favor de estas personas. El equipo, dirigido por el coordinador de misiones, Jack Phillips y por Jon D’Avanzo, de Nica Ministries, utilizó un enfoque múltiple para el efecto. Hubo reuniones de evangelización cada noche en tres diferentes lugares; una clínica médica atendió a más de 200 personas; se desarrolló un proyecto de construcción de escuela y hubo además transmisión radial y distribución de ayuda humanitaria.

El equipo misionero en la Isla del Maíz, Nicaragua. [Imagen: It Is Written]

Inmediatamente después de su llegada, el equipo rápidamente se acomodó al estilo de vida tropical. Cada mañana comenzaba con un abundante desayuno de arroz, frijol, papaya y otros productos tropicales preparados por el personal del hotel. Las comidas se disfrutaban en la veranda del comedor, desde la cual se puede observar el puerto. La veranda se convirtió en el lugar perfecto para adorar juntos e intercambiar las experiencias vividas cada día.

Después del desayuno, el equipo se dirigía a las diversas actividades misioneras. El proyecto de construcción, la clínica médica, las transmisiones radiales y los proyectos humanitarios formaban todos parte de la programación diaria; con la mayoría de los miembros del equipo trabajando en la construcción del edificio escolar para 200 estudiantes, como servicio en favor de la isla. Cada bloque de construcción colocado en el edificio hacía que la inauguración de la escuela estuviera un paso más cerca de la realidad. Centenares de jóvenes aprenderán en este lugar acerca de Jesús, provocando con ello una reacción en cadena en la comunidad.

Debido al calor y la humedad, el equipo suspendía su labor a la hora del almuerzo. Las tardes proveían una oportunidad para experimentar la cultura de la isla, ya fuera en un paseo en autobús, una ida a la playa, o una excursión fuera. Además de proveer grandes recuerdos, estas salidas proporcionaron la oportunidad de conocer mejor a la población local.

Jack Phillips, segundo desde la derecha, camina fuera del océano con algunos miembros acabados de bautizar. [Imagen: It Is Written]

Después de la cena se llevaban a cabo las reuniones. Estas reuniones se celebraban en tres diferentes lugares al aire libre, con una asistencia conjunta de aproximadamente 250 personas. Algunos obreros bíblicos patrocinados por It Is Written habían estado trabajando en la comunidad desde semanas antes de celebrarse las reuniones; así que ya había algunas personas en su camino hacia la entrega de su corazón a Jesús. Más de 20 personas han recibido el bautismo como resultado de estas reuniones. De hecho, las iglesias locales estaban tan emocionadas haciendo evangelización, que han llevado a cabo desde entonces otra serie de evangelización y estarán celebrando una más en el mes de julio.

La iglesia más grande en la Isla del Maíz se encuentra ubicada precisamente en la playa; así que el sábado, tan pronto como terminó el servicio, se dirigieron todos a la puerta del frente y directamente a la playa para ser testigos de la celebración de 10 bautismos ahí mismo en el  océano. “Los bautismos en el océano serán siempre para mí un destacado evento clímax “, dijo el coordinador Phillips, quien ofició conjuntamente en el evento.

Las cosas no siempre van bien en todo detalle en los viajes misioneros. A nuestra llegada, todos nuestros proyectores fueron confiscados por la aduana. Pero, ¡alabado sea Dios!; pudimos ver de regreso dos de ellos. Nuestro permiso para tener una clínica médica fue revocado a nuestra llegada. Pero, gracias a Dios, el alcalde de la isla hizo los trámites para que fuera restaurado. Llovía muy frecuentemente y muy seguido durante nuestras reuniones. Pero, ¡alabado sea Dios!,  la gente no dejó de asistir. De hecho, ¡vinieron todavía más. “¡Dios gana y el diablo pierde!”, dijo Gordon Guild, el encargado de administrar la clínica médica.

El trabajo progresó rápidamente gracias a la labor comprometida de los voluntarios. [Imagen: It Is Written]

Dios obró en este viaje misionero en formas que no habíamos planificado. Will Labrenz, el capellán de la Academia Highland, cuenta una interesante historia:

“Durante nuestro tiempo devocional en la mañana, otros clientes se encontraban cerca observando nuestra testificación y cantos de alabanza. Cierta mañana, una pareja procedente de Alemania, siendo budistas profesos, se acercaron a mí para preguntarme si ser cristiano había hecho una positiva diferencia en mi vida. Les dije que Jesús me da paz y propósito en la vida y les expliqué que esa era la razón por la que nuestro equipo misionero se encontraba ahí. Después de continuar con la conversación les ofrecí un ejemplar de “El Camino a Cristo”, si tal vez deseaban leerlo, ¡el cual aceptaron gustosamente!”

Los habitantes locales no fueron los únicos que recibieron el impacto de este viaje misionero. “Este viaje fue realmente una experiencia transformadora”, dijo Adriel García, un estudiante de la Academia Highland. “El amor a Dios de las personas y su bondad hacia nosotros me inspira a desear parecerme más a ellos. Oro cada día por la gente de la Isla del Maíz y su relación con Jesús. Espero poder verlos nuevamente muy pronto”.

La versión original de este comentario fue publicada por It Is Written.