Pequeños misioneros crean oportunidades para hablar de Jesús
“Dejad a los niños venir a mí”, dijo Jesús en el relato del libro de Mateo 19:14. Pedro Henrique Ladeira dos Santos, de 9 años, entendió el mensaje y está llevando a otros pequeños con él. Desde que comenzó a participar del proyecto Súper Misioneros, en Tocantins, Brasil, está ayudando a otros a conocer la Biblia.
El primer estudio que compartió fue con Gustavo, en 2021. Pasó meses orando por su amigo hasta que llegó el momento de conversar con él. Su madre, Luene, para motivar el deseo misionero del hijo, también tuvo que superar la barrera de la timidez para acercarse a la madre del niño.
El resultado fue una familia entera que se decidió por el bautismo. Desde entonces, dos familias más fueron bautizadas por la influencia de Pedro Henrique. Además, él también es parte de un grupo pequeño. “Allí, contamos historias, hablamos de Jesús con los amiguitos”, explica.
Glaucia Korkischko, directora del Ministerio Infantil para ocho países de Sudamérica, recuerda que no se suele involucrar a los niños en los proyectos de evangelismo. “Solo eran espectadores”, resalta. Para ella, “el niño no necesita saber todas las doctrinas o tener un conocimiento profundo de la Biblia. Si ama a Jesús, inspirada por el ejemplo de los padres y de la iglesia, va a hablar de eso a sus amiguitos. Va a vivir ese modelo para el amiguito, y eso es suficiente”, enfatiza.
Desarrollo de talentos
A los nueve años, Pedro es miembro del Club de Aventureros, lo que posibilita que él desarrolle otras habilidades, como la predicación. El año pasado, en el sábado del Niño y Día Mundial del Aventurero, marcos volcados para los pequeños, él ocupó el púlpito y predicó por primera vez. “Estaba un poquito nervioso”, recuerda. Pero eso no le impidió continuar. Este año, surgió una nueva invitación y estará ahí otra vez.
“Dentro del Club de Aventureros es muy fácil que los niños hagan misión”, señala Udolcy Zukowski, director sudamericano de este ministerio. Según él, las actividades propuestas en el Club son atractivas para otros niños y eso facilita el contacto para toda la familia.
Hoy, de acuerdo con la Secretaría de la sede sudamericana adventista, son 123.811 los niños entre 0 y 12 años que asisten a los templos adventistas en Sudamérica y participan activamente en los proyectos de evangelismo.
Rebeca Soares Ruela, de 5 años, es uno de ellos. No sale de casa sin un libro para regalar a quien pasa por su camino, ya sean porteros, motociclistas, entregadores, etc. Nadie vuelve con las manos vacías. Y ella cuenta que es feliz cuando hace eso. “Me gusta mostrarles a las personas que Jesús las ama”, contesta la pequeña.
Para Glaucia, cuando piensa en los proyectos para ese público, el objetivo es claro. “Cuando miro a los niños involucrarse, mucho más que la metodología que creamos, pienso en cada vidita de esos niños en el cielo. Es lo que deseo para mis hijos y para esos niños”, resalta. “Cada uno de ellos es un ciudadano en potencia del reino de los cielos y no podemos perder esa oportunidad”.