Pastor Elie Henry, presidente de la División Interamericana de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, comparte una declaración con los líderes y miembros de iglesia de todo el mundo, después de su reciente liberación de la cautividad, junto con su hija, el 28 de diciembre:
En nombre de mi esposa e hijas, me gustaría expresar nuestro aprecio más profundo a nuestros hermanos y hermanas de todo el mundo que han orado fervorosamente por nosotros durante la difícil experiencia de estos últimos días.
Las oraciones de ustedes nos dieron la fortaleza y la seguridad una vez más de que Dios escucha a sus hijos y nos lleva a experimentar cosas en la vida con un propósito. Recordé tantas promesas de la Biblia sobre la fidelidad de Dios, su poder de moverse, calmar, guiar y fortalecer nuestra mente en momentos de angustia e incertidumbre.

El pastor Elie Henry, presidente de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en la División Interamericana. [Fotografía: División Interamericana]
Por ejemplo, cuando David huía de sus enemigos, estaba seguro de que Dios escuchaba sus súplicas y estaba cerca de él en los momentos difíciles: “Claman los justos, y Jehová oye y los libra de todas sus angustias. Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón y salva a los contritos de espíritu. Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas lo librará Jehová” (Salmos 34:17-19).
Para sentirnos seguros no hay otra opción que vivir bajo la protección del Altísimo: “Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos” (Salmos 91:11).
Dios es fiel en sus propósitos y lo alabamos por su bondad. “Que por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias; nuevas son cada mañana. ¡Grande es tu fidelidad!” (Lamentaciones 3:22, 23).
Cada experiencia y prueba es una oportunidad de estar más cerca de Dios, y nos sentimos fortalecidos por su gracia y amor en nuestra vida, y continuaremos haciendo nuestra parte para compartir las buenas nuevas de que Jesús viene pronto.
Nos sumamos a ustedes para seguir orando por los miles de miles de personas que están sufriendo en medio de desafíos traumáticos y difíciles en diversas partes del mundo. Tenemos que continuar ministrando a cada persona de nuestra comunidad con el amor de nuestro Salvador.
Gracias por compartir de su tiempo, oraciones y apoyo a nuestra familia. El Señor es fiel. ¡Que su nombre alabado!