Diego Soares no estaba listo para estudiar la Biblia. Después de recibir una invitación de la directora de la escuela donde trabaja, el profesor de 35 años lo intentó. Ella le presentó a Esperanza, una inteligencia artificial de la Iglesia Adventista del Séptimo Día que acompaña al internauta y lo ayuda a comprender temas bíblicos vía WhatsApp. Pero, aunque había realizado algunas lecciones, no continuó.
Con el tiempo, la ansiedad se hizo presente y las dificultades emocionales se volvieron una realidad. Entonces, recordó la herramienta y fue a Internet a buscarla. El link que encontró lo dirigía a un reportaje del Portal Adventista. A partir de allí, comenzó con un camino diario de estudios y adquirió un nuevo hábito: leer la Biblia y orar.
Desde entonces, acumuló cerca de ocho diplomas, todos firmados por el pastor William Timm, quien coordina el departamento responsable de Esperanza, en Red Nuevo Tiempo de Comunicación, en Brasil. Después de hacer el cuarto curso, ellos se encontraron en Brasilia para un abrazo en el agua, resultado del bautismo del profesor.
“Esta historia es un ejemplo de que los medios digitales ayudan a traer personas a las iglesias físicas. Eso nos da un sentido de mucha alegría, pues muestra que es una herramienta eficaz de evangelismo. Estamos involucrados en la comunicación y nos desempeñamos siempre con el foco en la misión, y no a partir de la perspectiva humana”, subraya Timm.
Ojos fijos en la misión
La decisión del docente les mostró a más de 420 personas, que se desempeñan en oficinas e instituciones de la Iglesia Adventista de ocho países sudamericanos, un resultado real del esfuerzo de ellos y muchos otros. “Es increíble ver que lo que hacen esos profesionales se potencia en las manos del Señor. Queríamos que cada uno de ellos se inspirara para continuar y dedicar sus talentos a la misión que Cristo nos dio. Estamos haciendo discípulos”, detalla el pastor Jorge Rampogna, director del departamento de Comunicación para este territorio.
Del 17 al 19 de mayo, estuvieron inmersos en un programa preparado para capacitar, inspirar y reafirmar el papel de la comunicación como un área fundamental para la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Además, permitió que puedan expandir su red de contactos, un intercambio de experiencias y la comprensión de las posibilidades que se abren, principalmente después de la fase más crítica de la pandemia de la COVID-19.
Presentadores nacionales e internacionales, con experiencia académica y de mercado, presentaron reflexiones no solo de las tendencias de la comunicación, sino que señalaron cómo la Iglesia puede mirar al futuro de forma estratégica, a fin de llegar a sus públicos de interés con su mensaje centenario basado en la salud, la educación, la familia y la vida espiritual.
Entre los temas, hubo análisis sobre la gestión de la reputación, la planificación estratégica, la misión en la era digital, el uso de la marca de la Iglesia Adventista, los desafíos de la tecnología y la comunicación, el papel de los influenciadores y cómo potenciar el alcance del mensaje adventista con la ayuda de ellos, las reflexiones sobre las oportunidades y las evaluaciones sobre el metaverso, entre otros.
Los presidentes de las sedes administrativas de la denominación de 16 regiones de Sudamérica también siguieron el evento. Los responsables de uno o más estados, regiones, provincias, departamentos, o naciones, conocieron más de cerca cómo el trabajo de estos profesionales ha sobrepasado fronteras ante un objetivo común.
El pastor Misael González Flores, por ejemplo, resaltó que hay mucho que aprender con los profesionales que se desempeñan en las sedes de la Iglesia en el territorio por debajo de la línea del Ecuador. Él vino de Panamá, en Centroamérica, con un equipo de 14 personas. Ellos son responsables de producciones en video, contenidos periodísticos, de operar la radio, entre otros. Flores, director de Comunicación de la Iglesia Adventista para todo el país, estaba encantado con lo que vio.
“Vinimos para aprender sobre nuevas herramientas, nuevas tecnologías. Realmente fue una bendición para todos nosotros. Creemos que este intercambio es necesario para nuestro crecimiento en Panamá. Al llegar allá, queremos implantar las ideas que aprendimos. La Iglesia invirtió para que estemos aquí porque cree que podemos hacer cosas diferentes”, detalla Flores, que en cada presentación o informe o taller anotó preguntas, proyecciones, desafíos y oportunidades.
Él explica que cerca de 70 personas trabajan en la comunicación denominacional en todo el país. La mayoría de ellos son voluntarios, que hacen cada actividad enfocándose en ayudar a las personas a conocer a Cristo. De Brasilia, el grupo viaja a São Paulo, donde conocerán la estructura de Red Nuevo Tiempo para extraer más conocimiento que pueda ser aplicado en su realidad.
Esperanza que mueve
En sus años al frente del departamento de Comunicación de la sede mundial adventista, el pastor William Costa Jr. conoce de cerca la realidad y los desafíos de la Iglesia en otros territorios. Pero refuerza que lo más importante siempre es hacer todo con el corazón lleno de gratitud a Dios, incluso cuando las condiciones técnicas, por ejemplo, no sean las que usted sueña.
“La comunicación siempre fue una herramienta indispensable para informar e inspirar a los miembros, motivarlos en la misión y, al mismo tiempo, atraer a las personas a Jesús. Pero la comunicación sin el contenido espiritual, sin la acción del Espíritu Santo, se vuelve vacía. Lo que realmente da significado a la comunicación es la comunión con Dios, que se refleja en las palabras y en las acciones”, subraya. En medio de los casi 500 participantes, él vibró con la determinación y el compromiso de ellos con la misión de la Iglesia.
El pastor Stanley Arco, presidente de la denominación para ocho países de Sudamérica, reforzó que lo técnico debe estar lleno de contenido espiritual, y que eso ocurre por la comunión con Dios. “Él te constituyó como atalaya para anunciar un mensaje de esperanza. Pero es necesario escuchar la palabra de la boca de Dios. Lo que vivo con él y su Palabra es lo que voy a poder transmitir. Y eso se refleja en un posteo, un video o un programa de radio, porque uno escucha lo voz de Dios y la transmite”.
Arco estuvo en los tres días del evento, siempre en el primer banco, y conversó con diversos profesionales. Él les agradeció por poner sus talentos en las manos de Dios, y por haber marcado la diferencia en la vida de millones de personas, principalmente en el periodo más severo de la crisis ocasionada por la COVID-19. Además, estimuló a cada uno a continuar llevando adelante esperanza, tanto la inteligencia artificial como lo que mueve a los adventistas del séptimo día, para que así llegue a más corazones, de la misma forma como ocurrió con el profesor Diego Soares. “Tenemos un compromiso con la misión que todavía no ha terminado”, recordó.
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