La predicación del evangelio es mucho más que un mero sermoneo. El ignorante debe ser iluminado; el desanimado, levantado; el enfermo, sanado. La voz humana ha de hacer su parte en la obra de Dios. Las palabras de ternura, simpatía y amor darán testimonio de la verdad. Oraciones fervientes y de corazón atraerán a los ángeles. (Review and Herald, 4 de marzo de 1902)
Este material ha sido preparado como guía por la Unión Salvadoreña Adventista para aquellos que desean ser mejores predicadores, incluye algunos temas listo para ser disertados. Al descargar este archivo usted conocerá varios aspectos importantes que deben ser tomados en cuenta para desarrollar un buen sermón.
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