Sondear lo insondable
“De médico y de loco todos tenemos un poco”.
Es muy probable que usted haya escuchado este dicho popular, el cual indica que las personas tienen su lado sensato (médico) e impulsivo (loco). También puede significar que todo el mundo tiene una receta casera para determinada enfermedad, y todos pueden sorprender con comportamientos fuera de lo normal.
Permítanme modificar el dicho: “De médico, teólogo y loco todo el mundo tiene un poco”. Sí, las personas tienen posiciones claras sobre religión, fe, perdón, espiritualidad, salvación, iglesia, vida eterna, oración, Dios, etc., aunque nunca hayan estudiado esos asuntos con profundidad.
Y ¿por qué sucede esto? Porque esos temas están en la vida diaria de cada ciudadano y por eso es necesario tener una posición teológica. De esa manera interpretamos mejor lo que sucede a nuestro alrededor. Así, de cierta forma, todos practicamos teología. Y si la teología es parte de nuestra vida, es necesario entender su significado e importancia.
¿Qué es teología?
De manera simple, la teología puede comprenderse como el estudio y la ciencia de/sobre Dios.[1] De modo más profundo, puede entenderse como “la disciplina que trata de afirmar, de modo coherente, las doctrinas de la fe cristiana basada principalmente en las Escrituras, situada en el contexto de la cultura en general, verbalizada en un lenguaje actual y relacionada con los asuntos de la vida”.[2]
En el párrafo anterior, hay cinco aspectos relacionados a la Teología que es necesario comprender correctamente: (1) Estudia las doctrinas cristianas, (2) se basa en la santa Biblia, (3) considera la cultura, (4) utiliza un lenguaje comprensible y (5) tiene que ver con la vida práctica.
Importancia de la teología
Los cinco aspectos señalados anteriormente indican que la teología es una ciencia muy importante, no solo para los teólogos profesionales, pastores y líderes religiosos. También es necesaria para cada persona que desea tener una perspectiva clara de los fenómenos que observamos y en los cuales estamos inmersos. A lo largo de las próximas semanas volveremos a esos cinco puntos en otros artículos que usted podrá leer en este espacio, por lo tanto, esté atento.
Tal vez por su amplitud y su contribución a la comprensión de la vida es que hasta tiempos recientes la teología era considerada la reina de las ciencias.[3] Por lo que parece, la teología perdió ese puesto en las últimas décadas, pero su importancia permanece inalterada:
Para estudiar las doctrinas cristianas que sustentan nuestra identidad, necesitamos la teología.
Para comprender correctamente la Santa Biblia, la fuente para el conocimiento correcto de Dios, necesitamos la teología.
Para entender la cultura en la cual vivimos nuestra fe, necesitamos la teología.
Para usar un lenguaje comprensible a fin de evangelizar al mundo, necesitamos la teología.
Para tener una vida práctica consistente, de acuerdo con la voluntad de Dios, necesitamos la teología.
Es verdad que la teología nos coloca en terreno sagrado, pues es el estudio y la ciencia de/sobre Dios, y así podemos sondear lo Insondable. Sin embargo, él se reveló a nosotros y nos da el privilegio de conocerlo, como también de estudiar el mundo desde su perspectiva. ¡Aprovechemos esa oportunidad!
Referencias
[1] Millard J. Erickson. Teologia Sistemática. São Paulo: Vida Nova, 2015, p. 22.
[2] Millard J. Erickson. Teologia Sistemática. São Paulo: Vida Nova, 2015, p. 22.
[3] Norman R. Gulley. Systematic Theology: Prolegomena. Berrien Springs, MI: Andrews University Press, 2003, p. 149.